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Abone solo una consulta hasta encontrar el profesional con el cual se sienta a gusto.
Centro Terapéutico: Asistencia Psicológica y Psiquiátrica.
Niños, Adolescentes y Adultos.
Dad palabras al dolor,
que la pena que no habla,
cuchichea al corazón
y lo invita a romperse.
La manera más eficiente de superar un malestar interior (sobre todo cuando por uno mismo las soluciones no dieron resultado), es pedir ayuda: a alguien que sea una referencia para nosotros, un amigo íntimo, un profesional, un maestro espiritual, etc. ¿Porque? Porque el ser humano se conoce a sí mismo “ex - sistiendo”. “Existir”, significa etimológicamente “salir de sí mismo” y entrar en vinculación con el exterior.
Incluso la mayor parte de los “tips” para estar mejor funcionan adecuadamente cuando una persona se abre a la posibilidad de pedir ayuda. Y esto ocurre por una razón: Cuando “no salimos de nosotros mismos”, nuestra energía termina siendo tóxica… como le ocurrió a Narciso (el mito griego) quien murió ahogado mirando su imagen en el agua. Luego de pedir ayuda, se produce un verdadero espacio interior para aplicar “los tips”… incluso estos aparecen espontáneamente en nosotros mismos.
En general un tip va a ser efectivo si va en contra de una tendencia que existe en nosotros mismos: si somos muy correctos, los tips efectivos van a tener que ver con hacer “lo incorrecto”; si nos abandonamos, hacer actividades que nos hagan bien; si nos cargamos de actividades, reducir el cumulo de las mismas; si nos aislamos, relacionarnos; si la realidad se nos vuelve insoportable, buscar apoyo para tolerarla; si nos sentimos demasiado responsables, delegar la misma en quien corresponda. Es decir, un tips va a estar bien aplicado si está sustentado desde una observación de sí mismo que justifique su aplicación. Y la única manera de observarse a sí mismo es “existiendo”.
No es fuerte el que no necesita ser ayudado, sino el que tiene el valor de pedirla. La supuesta fortaleza de aquel que pretende no necesitar ayuda, no es sino, la debilidad de no poder reconocer la
ayuda que se recibió de los padres…biológicos o no. Es que la naturaleza nos hace nacer plenamente indefensos, y si sobrevivimos fue gracias a alguien.
La auténtica autonomía solo puede ser lograda a través de reconocerse necesitado, dar respuesta a esto y transformar esta necesidad.
Nadie que haya vivido con felicidad lo ha hecho solo, ni nadie que haya logrado objetivos importantes en su vida los ha realizado sin ayuda…
La cuestión central es que la persona que solicita terapia, está reconociendo que no puede resolver esa situación de malestar como se lo había propuesto, que lo ha intentado una y otra vez, que no encuentra la solución. No la encuentra, aunque está en ella misma…la paradoja humana se encuentra en que la solución está en uno mismo, pero sin embargo, esta se encuentra “en estado de vinculación con otro”, es decir, al ponerme en relación, vinculación con otro me conozco, descubro y así obtengo la posibilidad de “hacer algo” con esto. La no comprensión de esta paradoja suele llevar a intentos repetitivos e infructuosos en el intento de dar respuesta al malestar interior.
Ante un malestar de tipo psicológico/emocional, la persona primero trata de resolverlo sola, pero si después de un tiempo moderado la situación sigue igual y el malestar persiste, en ese momento debería buscar ayuda profesional.
Nadie duda en reconocer la necesidad de respirar, o alimentarse… ¿Por qué poner en duda la necesidad de pedir ayuda?...Como toda necesidad no reconocida y no satisfecha, esto suele terminar siendo toxico para el psiquismo.
¿Cuándo es recomendable hacer terapia, pedir ayuda?
Si crees que puedes solo, has fracasado antes de empezar.
- Cuando se piensa que el propio malestar se debe únicamente a un desorden físico o a uno social (desempleo, discriminación)
- Cuando el grado de malestar y duración de los síntomas se vuelve “molesto” o “insoportable”
- Cuando se tiene la sensación de que mediante acciones voluntarias y conscientes es imposible evitar el sufrimiento.
- Cuando usted se siente vulnerable para enfrentar ciertas dificultades o problemáticas.
- Cuando usted se siente demasiado exigido y tiene la sensación de que no posee las fuerzas para afrontarlo solo, a pesar de que piense que “usted debería solo”
- Cuando a usted, ante determinado problema, no se le ocurre una alternativa nueva de respuesta, distinta a las que ya ha intentado y no puede solucionarlo.
- Cuando su problemática está afectando su desempeño laboral, quitando calidad a su sueño o impidiendo seguir vinculándose con sus allegados o amigos.
- Cuando su estado de ánimo “negativo” se vuelve persistente y algo con lo cual usted “no puede hacer nada”.
En fin, prácticamente todos vivimos puntualmente alguno de estos síntomas, sin embargo el grado de malestar y su duración debe movernos a hacer algo por ayudarnos.
Comparta lo que le ocurre con una persona de confianza y pregúntele lo que usted desee: por ejemplo, si ha notado un cambio en su conducta o estado de ánimo, como lo ve, cuéntele algo de lo que le sucede. Comparta su duda de si hacer terapia o no, teniendo presente que esta decisión, solo puede ser tomada por usted. Otras referencias que indican la necesidad de hacer una consulta son:
Intensos sentimientos de culpa
Pensamientos de suicidio no se trata del deseo pasivo de “estar muerto”, sino del “querer matarse”.
Desesperación extrema…”la vida se ha terminado para mí”.
Inquietud o depresión prolongadas, la sensación de estar “atrapado” o, la sensación de estar bloqueado, inhibido, anulado.
Síntomas físicos
Ira incontrolada, que hace que nuestros amigos y seres queridos se distancien
Dificultades laborales continuadas o para realizar las tareas necesarias para la vida cotidiana.
Abuso de sustancias
En vez de alfombrar el mundo entero para no tropezar, ponte zapatos cómodos.
Es fundamental congeniar, tener afinidad con la persona del terapeuta, sentir que se tiene “feeling” con él. Las investigaciones demuestran que la calidad de la relación terapéutica es más importante que el enfoque teórico y técnico que utilice el profesional. Por ello, en el Centro Anteroos le brindamos la posibilidad, si es su intención de tener una entrevista con más de un psicólogo hasta encontrar el profesional con el cual se sienta a gusto.
Es importante que el profesional que lo asista tenga una buena formación. No dude si lo considera necesario, pedir su CV.
¿Cuál es el mejor marco teórico para tratarse? ¿Psicoanálisis, Cognitivismo, Gestalt, Sistémica, Constelaciones familiares? La respuesta puede parecer compleja, sin embargo, es simple. Por un lado, lo dicho en el párrafo anterior: “lo importante es la calidad de la relación terapéutica”. Por el otro, un tratamiento psicológico adecuadamente llevado, permite ubicar la situación subjetiva en la cual la persona quedo detenida en su interior, que no le permite vivir su presente, que no le permite ser. Por ejemplo: una experiencia traumática, la pérdida de un familiar, un lugar humano dado por su familia de origen, etc. Un ser humano tiene mínimo dos situaciones paralizantes en su psiquismo, quizás alguna más. Mientras esas situaciones no se concienticen, el cambio no es realmente posible… los cambios van a ser solo superficiales, cosméticos. Los marcos teóricos que permiten ubicar claramente estas situaciones del pasado que inhiben son el Psicoanálisis y las Constelaciones Familiares. Esta última en verdad no es un tratamiento, sino una técnica; es decir, su aplicación necesita que la persona se encuentre en un tratamiento psicológico en donde el profesional esté abierto a este método de trabajo. Sin embargo, a veces, cuando las inhibiciones son altas, puede ser recomendable trabajar desde lo Sistémico, la Gestalt o el Cognitivismo.
Una referencia para saber si el proceso terapéutico es adecuado es responder una serie de preguntas: ¿Quién es el protagonista?....es usted, no puede ser de otro modo. Esto significa que las soluciones surgen de usted. ¿Se ha podido generar una pregunta en relación a mi situación, comportamiento o ser? Otra: ¿Algo me sorprendió en el proceso terapéutico, o me llamo la atención?...si no hay “atención”, se dificulta el realizar el proceso necesario. ¿Ha podido observar un comportamiento o situación en usted que se repite?
Tenga en cuenta que puede realizar varias entrevistas con el profesional antes de decidirse. Ahora bien, una vez realizada la elección, no es recomendable dejar el tratamiento al encontrarse con situaciones conflictivas en el tratamiento. Para ello, es preferible que usted establezca plazos de tiempos que cuando finalicen, usted redecidirá si prosigue o no.
Si usted no se siente satisfecho, cree que ha pasado tiempo y no alcanzó las metas que se había propuesto, si tuvo un entredicho o desencuentro, no dude en conversarlo con su terapeuta. Por último, recuerde que un tratamiento psicoterapéutico dista mucho de ser una solución mágica: requiere de voluntad, tener afinidad con el profesional, esfuerzo para lograr cambios y saber que se “revivirán” ciertas situaciones dolorosas.
No tiene que ver con un buen desempeño profesional, ninguna de estas actitudes: mandar, manipular, moralizar , consolar, chantajear, culpar, aconsejar soluciones, amenazar , juzgar , ridiculizar , insultar , catalogar o alabar comportamientos; hablar de "problemas" difíciles, que le llevará mucho tiempo de trabajo solucionar; cuando la terapia no funciona, afirma que “usted se resiste”. Una buena terapia lleva su tiempo, sin embargo, las diferencias se perciben desde el inicio mismo. Sin embargo, nunca esas diferencias son las que imaginábamos.
Escuchar empáticamente, es uno de los secretos de un buen proceso psicoterapéutico. Escuchar, para que tanto el consultante como el profesional posen “la mirada” donde algo puede estar provocando malestar.
Un buen terapeuta, hace que se potencie y utilice los propios recursos del consultante, que usted se sienta responsable de sus cambios, se pregunte cómo y qué y no solo por qué.
No critiques, no justifiques, no rechaces o excluyas.
Si navegas en las distintas especialidades atendidas, vas a encontrar una breve descripción de las razones más comunes de cada malestar y como aplicar este conocimiento a tu ser. (Ver Especialidades y Terapias).
El año pasado oí una historia sobre un hombre que llama a la puerta de la alcoba de su hijo y dice:
- ¡Jaime despierta!
Jaime responde:
- No quiero levantarme papá.
El padre le grita:
- ¡Jaime despierta, tienes que ir a la escuela!
- No quiero ir a la escuela.
- ¿Por qué no?
- Por tres motivos: porque es aburrido, porque los niños se burlan de mí y porque odio la escuela
- Pues bien, voy a darte tres razones por la cuales debes ir a la escuela: porque es tu deber, porque tienes cuarenta y cinco años y porque eres el director.
¿Quién puede decir estar exento?... que tire la primera piedra.
La cuestión central es que la persona que solicita terapia, está reconociendo que no puede resolver esa situación de malestar como se lo había propuesto, que lo ha intentado una y otra vez, que no encuentra la solución. No la encuentra, aunque está en ella misma…la paradoja humana se encuentra en que la solución está en uno mismo, pero sin embargo, esta se encuentra “en estado de vinculación con otro”, es decir, al ponerme en relación, vinculación con otro me conozco, descubro y así obtengo la posibilidad de “hacer algo” con esto. La no comprensión de esta paradoja suele llevar a intentos repetitivos e infructuosos en el intento de dar respuesta al malestar interior.
Un inconveniente que suele surgir al realizar un proceso terapéutico, es que, como el ser humano es un ser de hábitos (por lo menos hasta que se los despoje), no es suficiente con desear liberarse del malestar para que esto ocurra. Su situación personal es que suele estar pisando la madera que desea levantar, es decir, está identificado con una manera de ser, un modo de comportarse que provoca la aparición del malestar que posee. Este modo de ser se traduce en maneras de pensar y sentir específicas que nos dejan encerrados, girando en los mismos circuitos de siempre, repitiendo las mismas historias una y otra vez. Cuando estamos pisando la madera, esto puede provocar cierta resistencia a un proceso de cambio que surge espontáneamente, entre otras cosas, por el solo hecho de escucharse decir lo que pronuncia en sesión. Se trata de vivir para crecer…sin embargo crecer implica duelar el pasado, sea remoto o cercano, dejarlo ir para poder vivir en el presente, en el único momento realmente vivo que es el presente. Y esto requiere que nuestro ser se metamorfosee, se actualice, que nuestro comportamiento, nuestro pensar y sentir se modifique para lograr un equilibrio auténtico. Es la supresión, la pérdida de nuestra capacidad de ajuste creativo por evitación del dolor, por intentar evitarlo, lo que nos hace tropezar una y otra vez con la misma piedra….mejor dicho malestar y dolor…ese mismo dolor que se quiso evitar.
¿Para qué hacer terapia? , para hacer una nueva síntesis del propio ser que permita vivir actualizadamente en el aquí y ahora. Pero este ajuste, no lo olvidemos, implica entrar en contacto con el dolor, sí o sí y esto no lo podemos hacer solamente solos.
En una terapia, no se trata de que el terapeuta diga a la persona lo que tiene que hacer, sino facilitar que la persona observe lo que está haciendo y que por y para sí misma produzca, invente algo para hacer al respecto.La confianza como el arte no proviene de tener todas las respuestas,
sino de estar abierto a todas las preguntas.
Si piensas que no lo mereces o que para vos es imposible,
en algún lugar crees que eres un niño que debe rendir cuentas.
La creencia en general, es que uno va a ser feliz si tiene algo que le está faltando: un hombre, una mujer, un auto, una figura estética, una casa, un título, etc. Sin embargo, cuando uno obtiene lo que deseaba, no suele provocar un estado de felicidad, o él mismo dura solo unos instantes. Pregunta: ¿Puede ser que el estado interno, como estado que perdura, pueda ser determinado por un estímulo externo momentáneo, como ser lograr un objetivo en la vida? La experiencia parece decir lo contrario: por el intento de lograr aquello que pensamos que nos dará felicidad, sufrimos. Con esto de ninguna manera se quiere insinuar que lo mejor sería no tener objetivos, sueños o propósitos, sino que nuestros vínculos con ellos no sean ilusorios. Para ser felices hoy, antes que lograr nuestros objetivos (que a veces son muy complejos), quizás nos ayude más: llamar a alguien que hace tiempo que queremos ver; estar con quienes nos sentimos cómodos; aceptar y asimilar a nuestros familiares y padres; realizar aquellas actividades que tanto nos hacen bien; ejercitar el cuerpo de la manera que más disfrutamos; estar y contemplar a nuestra pareja; comer sanamente; divertirnos o destinar un rato del día para ello; trabajar; tener relaciones con personas que para nosotros su influencia es determinante, es decir, personas que son referencias o guías para nosotros; observarnos y descubrirnos; pedir ayuda cuando sea necesario, etc….En fin, después de todo, todas cuestiones que aquí y ahora están a nuestro alcance y solemos privarnos de ellas…¿Por qué lo haremos?.
El secreto que nos devuelve todo el poder es el siguiente: “Nuestro nivel de ser atrae los eventos que nos ocurren en la vida”: el tipo de relaciones que tenemos, el estado de nuestras relaciones con los familiares, el tipo de trabajo… como lo hacemos; el nivel de ingresos económicos que tenemos; el estado de salud que tenemos, etc. El poder de esta afirmación es enorme: lo que nos ocurre, nos ocurre por nosotros mismos. El acceso a un estado interno distinto, a un vínculo con la realidad diferente solo depende de nosotros. Entonces, cuando se comprende esta afirmación, nada es igual: no se trata de que mi pareja no me valora, sino que yo hago algo para no ser valorado; no se trata de que mi pareja es violenta, sino que, por alguna razón, hay violencia en mi ser; no se trata de que soy rechazado, sino de que probablemente estoy rechazando a alguien; no se trata de que no me dan el aumento que necesito, sino que, no despliego mis potenciales que me dejan atado a mi empleo; no se trata de que nadie me salva, sino de que es probable de que me la pase salvando a personas y me olvido de mí mismo, etc.Importante:
NOTA: Los resultados del test tienen un valor orientativo y no pueden reemplazar una valoración completa realizada por un psiquiatra o psicólogo en una entrevista clínica. Como el test es autoaplicado, y como en toda autoaplicación es fácil que la propia subjetividad no permita hacer una acertada evaluación, no puede ser tomado como la última palabra… Es solo para una referencia personal.1º) Sólo acuden a un psicólogo los que están locos. Esto no es cierto bajo ningún punto de vista, dado que existen distintos tipos de problemas psicológicos o situaciones dolorosas, cada uno de los cuales supone un malestar de distinto grado. Este es el hecho fundamental: hay un malestar (intenso o no) que nos está avisando de algo, que por lo tanto requiere de “atención”.
2º) A partir de determinada edad no tiene ningún sentido realizar un proceso terapéutico. En verdad de lo que Se trata es de tener interés por desembarazarse del malestar, condición totalmente independiente de la edad. Justamente quien pierde interés de realizar esto (desembarazarse de su malestar) se puede decir que se está dejando morir en vida, está envejeciendo prematuramente.
3ª) Las personas no cambian nunca. Esto es una creencia falsa: por un lado, nunca los cambios que se realizan tienen que ver con lo que se había imaginado; por otro lado, nunca los cambios que uno necesita coinciden con los que el otro desea; por último, justamente el ser humano cambia en los momentos de dolor y crisis. Para poder realizar un verdadero cambio es importante saber que el mismo requiere “trabajarlo cotidianamente, durante un periodo de tiempo suficiente”
Este enfoque enfatiza el hecho de que ciertas conductas aprendidas se transforman en hábitos perjudiciales para la persona. La eliminación de los síntomas significa la desaparición de la enfermedad.
El tratamiento implica la sustitución de las conductas desajustadas, desadaptativas por nuevos patrones de conducta que no produzcan malestar. El terapeuta asigna tareas, entrena al paciente en ciertas habilidades.
Algunas aplicaciones clínicas frecuentes son:
Terapia Psicoanalítica
La cura pasa por el descubrimiento de los modos vinculares problemáticos del paciente, actualizados y puestos en acto en la misma relación con el terapeuta, generando un espacio de elaboración de estos tipos vinculares, permitiendo que el paciente pueda generar un nuevo modo vincular por y para sí mismo.
La terapia psicoanalítica actúa en dos niveles: modifica la conciencia y actúa directamente sobre el inconsciente a través de transformación de las relaciones internas de objeto mediante el vínculo terapéutico.
Promueve un cambio profundo en la personalidad a través de la observación de sus conflictos puestos en juego en la relación con el terapeuta. Se apunta a comprender la problemática del paciente para luego poder desmitificarla, cuestionarla, descomprenderla en el sentido de romper con esos argumentos o sentidos que provocan el sufrir de la persona.
Se le brinda al paciente un alto protagonismo en el proceso, dado que es el mismo quien descubrirá sus modos vinculares y las motivaciones reales de sus conflictos: de esta manera se permite ir descubriendo gradualmente la responsabilidad personal o subjetiva en relación a los estados internos o acontecimientos vividos.
Este proceso suele estar acompañado por un trabajo sobre las tendencias que se encuentran en todos los seres humanos a ser resistentes al cambio.
Aplicable a todos los cuadros clínicos, debiéndose adaptar a las características particulares de cada problemática.
Terapia Cognitiva
Es un tratamiento que incentiva la colaboración activa del paciente. Los pensamientos y actitudes del paciente son tomados como hipótesis a verificarse. En conjunto con el terapeuta se elaboran hipótesis alternativas y se las comprueba en situaciones reales.
Aplicaciones clínicas en las que demuestra tener éxito:
Terapia Sistémica
Un sistema es un conjunto de elementos dinámicamente y orgánicamente estructurados de manera funcional, cuya totalidad genera propiedades que exceden a las propiedades separadas de sus partes... Por lo tanto, toma preponderancia la interacción entre estos elementos. A su vez, estos sistemas tienen la propiedad de autorregularse y equilibrarse.
Los síntomas se consideran expresiones disfuncionales del sistema familiar. Es decir que el síntoma es abordado desde la interacción familiar que lo alimenta y permite subsistir. La modificación de la posición de una de sus partes, trae como efectos la modificación de la posición de los restantes elementos. La solución esta íntimamente vinculada al cambio en los patrones disfuncionales de dicha interacción familiar.
Suele ser indicada para:
Terapia Gestáltica
Se centra en el “darse cuenta” de las emociones y sentimientos que impiden vivir en el presente. Presupone la existencia de asuntos inconclusos del pasado en el hoy por hoy, que requieren de elaboración. Los tres principios de este enfoque son:
Psicodrama
Basada en el concepto de “catarsis” (descarga), que significa que se actúan experiencias nocivas y este re – vivir tiene efectos sanadores. La técnica en si consiste en elegir un escenario para la representación, un director de escena (el terapeuta o la misma persona), un protagonista que pone en escena lo que se le ocurre que va a estar en relación a la problemática del mismo, co-actores y un público. El protagonista busca revivir su realidad, pero sobre todo, experimentar y poner a prueba posibilidades nuevas de esa misma experiencia.
Terapia Grupal
Tratamiento realizado con varios integrantes, seleccionados a partir de determinados criterios (problemática, edad, etc.), coordinado por un terapeuta, para ayudarse mutuamente a efectuar cambios y superar sus malestares. Se utilizan distintos enfoques, marcos teóricos en la terapia grupal (conductual, psicoanalítica, transaccional, cognitiva, etc.) dependiendo de las necesidades de los integrantes.
Esta modalidad de trabajo brinda algunas ventajas: la oportunidad de observar las respuestas psicológicas y conductuales del sujeto frente a ciertos temas o situaciones, a través de la interacción con las demás personas del grupo. Por otro lado, el grupo genera un compromiso especial para con uno mismo y los demás, que ayuda a la modificación de la conducta desadaptada y a reducir la resistencia a los cambios. Por último, no facilita la sobrevaloración personal, que suele impedir que el proceso terapéutico se realice.
Brinda un mayor enriquecimiento por la interacción con los compañeros.
Suele necesitarse de un tiempo menor para ir experimentando modificaciones en uno mismo y en las personas que lo rodean, y permite que los cambios obtenidos sean auténticos y persistentes.
Es por excelencia, la modalidad de trabajo psicoterapéutico de mayor auge de esta época.
Es frecuente su aplicación para:
Terapia Familiar
El objetivo de este marco teórico es el de reconocer e identificar el patrón de funcionamiento subyacente del sistema que mantiene el desequilibrio, y ayudar a la familia a comprender y modificar el significado y propósito de dicho patrón problemático. También se trata que la familia pueda satisfacer las necesidades emocionales de cada miembro de la familia aceptando y reconociendo el lugar de cada cual, favorecer su capacidad como unidad para hacer frente a los inconvenientes, y por último favorecer la discriminación, diferenciación entre sus integrantes, permitiendo la conformación de la identidad de cada integrante. Se trabaja sobre los valores de la familia que permiten la unificación del grupo y el fortalecimiento del sentimiento de pertenencia.Hay momentos específicos en los cuales es recomendable realizar una consulta con un profesional (ver ¿Cómo hacer para superar mi malestar interior? ¿Cuándo pedir ayuda?). Es muy importante para que el tratamiento sea productivo, que el consultante se sienta cómodo, afín, en confianza con el profesional. (ver ¿Te gustaría saber cuál es el mejor tratamiento psicológico para vos? Cómo escoger a un Terapeuta.).
Los objetivos de los tratamiento son variados (ver ¿Estás listo para cambiar tus formas de pensar y sentir que te llevan a tu malestar? ), sin embargo pueden sintetizarse de la siguiente manera: para hacer una nueva síntesis del propio ser que permita vivir alegre, liviana y profundamente en el aquí y ahora, es decir, en los vínculos y actividades llevadas a cabo en el presente.
Los tratamientos tienen por objetivo:
Concretar un primer encuentro, suele generar fuertes ansiedades: dos personas desconocidas se encuentran para hablar de temas, en parte, desconocidos. A esto se le suma que quien consulta viene con inconvenientes “que lo ponen ansioso”, “lo desbordan”… está más vulnerable de lo habitual. Si llego a leer estos párrafos es porque necesita realizar una consulta. Sea en esta institución o en otra, le recomiendo concretarla, a pesar de las ansiedades en juego.
¿Cuál es el mejor tratamiento para vos? ¿Psicologo o Psicoanalista?
Se ofrecen, a niños adolescentes y adultos, tratamientos para:
Estados de Ánimo:
Vínculos:
Orientación:
Trastornos de la alimentación:
Sexualidad:
Adicciones:
Otros cuadros:
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